Vista ahora, lo primero que me viene a la cabeza es que es de las mejores representaciones de lo que es una guerra moderna. Moderna por el uso de visiones aéreas, luces estroboscópicas y demás tecnología armamentística. Pero sobre todo por cómo muestra la guerra en sí, en el sentido de representar la miedo, el caos, la excitación, la chapuza (esos dos soldados que quedan abandonados porque se olvidan de ellos, por ejemplo).
El casting tiene gracia porque actores desconocidos entonces como Eric Bana, Orlando Bloom o Tom Hardy son caras conocidas en la actualidad mientras que Josh Harnett, la gran estrella entonces cuyo nombre aparecía por encima del título de la película, parece que anda bastante perdido...
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