Un spaguetti western que supuso la presentación del personaje de Sabata, un magnético Lee Van Cleef, con una moralidad dudosa y una puntería claramente inmejorable.
Me gustan sus personajes secundarios caricaturescos y el arranque a lo Por un puñado de dólares y ese final a lo El golpe...
Y la música sesentera, claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario