Las películas de artes marciales, como las porno o las musicales, son su propio género, ya que pueden ambientarse en cualquier época, ser dramas o comedias.
Las de artes marciales de Hong Kong suelen ser productos de presupuesto muy bajo y pocas aspiraciones. No es el caso de ésta. Se le nota presupuesto, hay una buena ambientación histórica, preocupación por contar algo más que una sucesión de combates. Y está todo estupendamente narrado, con una banda sonora excelente, un montaje cuidadísimo.
La historia recuerda a la de Furia oriental de Bruce Lee, con escuelas de artes marciales chinas en plena ocupación japonesa, aunque ya digo que con menos maniqueísmos, pese a lo caricaturesco de algún malvado japonés...
Donnie Yen ha sido un interesante descubrimiento. Es capaz de actuar y repartir mamporros de forma espectacular (la escena donde se enfrenta a diez japoneses es antológica), dos cosas que es difícil que coincidan...
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