Qué grande era Terence Fisher.
Incluso una película de serie B de aventuras en la India en sus manos tiene momentos impresionantes, por no decir sorprendentemente macabros. Pero era la Hammer, claro.
Me ha sorprendido la presencia del protagonista, Guy Rolfe, quien podría haber tenido mejor suerte en su carrera. Y Allan Cuthbertson está estupendo de militar engreído, odioso y completamente cretino.
Lástima que no hubiera pasta para hacerla en color, porque en las manos de Fisher hubiera podido ser una fiesta visual. Y que no se currasen un poco más el guión porque hay cambios de actitud de personajes que no se entienden muy bien y saltos entre escenas bastante torpes.
Pero la escena de la mano o de la lucha entre la mangosta y la cobra ya me compensan el tiempo dedicado.
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