Ustinov, pese a su Oscar, tan excesivo como siempre. Mercuri absolutamente histriónica y ridícula. Ojalá no fuera la mujer del director. Maldito nepotismo.
Me quedo con la secuencia del robo que no deja de ser modélica y que inspiraría la famosa secuencia de Langley de la película Mission: Impossible, basada en la serie de televisión clásica que fue creada con Topkapi en mente.
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